Natalia Fairchild, cometió el peor error qué una señorita en edad casadera podría cometer, entregar su virtud por amor, sin ningúna certeza de matrimonio, sin ningúna promesa, sin ningúna esperanza. Completamente deshonrada y su familia al borde de la ruina, no le quedó más remedio qué aceptar la propuesta del jóven duque de Manchester, que para su desgraciada, también se llamaba William. La desesperanza llenó el corazón de Natalia, cuándo vió, cómo los años pasaban y William no regresaba, había perdido la cuenta de las noches qué había pasado en vela, de las cartas que escribía para él, de las lágrimas que derramó, pero nunca recibió respuesta, nunca recibió, nada. La desesperanza, sé convirtió en tristeza, la tristeza, se convirtió en dolor, dolor, se convirtió en decepción y la decepción, sé convirtió en odio. William Alejandro Montagu, 13° Duque de Manchester, era un tipo avaricioso, soñador, joven, terriblemente calculador, frío, guapo e inteligente, su padre le había puesto cómo condición, conseguir esposa antes de su inevitable muerte, a él no le hacía ningún tipo de gracias la petición del duque, pero sí quería heredar, debía buscar esposa , por un golpe de suerte, había encontrado a la candidata perfecta, nunca pensó que aquella fiesta de máscaras a la qué no tenía ganas de asistir, le diera la pieza, para la jugada perfecta. Pero el destino es algo muy volátil y cambiaría sus planes en gran manera, y lo que antes concideró una simple pieza en su juego de ajedrez, se volverá algo más, algo que no sé permitiría perder.Todos os Direitos Reservados
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