Tras la tragedia muerte de su prometido Scott, Sam se derrumbó al verse en la obligación de comenzar desde cero sin todos los planes y la compañía del amor de toda su vida; las terapias y grupo de apoyo a los que su madre la convenció de asistir no daban el resultado que esperaba, siendo su nuevo amigo Josh su único respiro para escapar de toda la realidad que no estaba preparada para aceptar. Evan es un pintor que llegó a la vida de Sam el día en el que ella ayudó a salvar la vida de su sobrino en su nuevo trabajo en el hospital, por más que ella intentara cerrarse a la posibilidad de verse en una nueva relación luego de asegurarse de no querer olvidar a todo lo sucedido tan rápido, él no parecía opinar lo mismo al respecto. Darle una mínima oportunidad a la insistencia y el carisma de Evans le hicieron sentir a Sam una gran mejoría para su salud mental, pero ni siquiera el hecho de que él hubiera sido parte importante para superar su duelo pudo evitar que ella se alejara de Evan ya que seguía culpándose de faltarle el respeto a la memoria de Scott. Pero es hasta una serie de sucesos que la invaden que logra darse cuenta que todo lo malo en su vida es dado a que ella sigue aferrándose a su pasado.