Alfa, quiero un cortejo ©
37 parts Ongoing MatureUn corazón roto y saber lo que se sentía estar al borde de la muerte por lo que se suponía era su amor verdadero eran cosas que, sin duda alguna, no estaba en los planes de Yeray.
No obstante, debía ser positivo.
El chico beta seguía con vida, una segunda oportunidad que su Diosa le había regalado y que él no dudaría en desperdiciar atormentándose por el más grande amor que pudo tener de dos alfas y que, sin embargo, no tuvo porque los rechazó.
Sí, dos alfas para un solo beta.
Y sí, algo que no salió muy bien.
Creyendo que el rechazo hacia Melanie y Asiel estaba finalizado, pensó que intentar buscar la felicidad por su cuenta, sin la necesidad de que su Diosa interviniera con algún destinado de pacotilla, así que acepta la cita de un chico beta que, a su parecer, es muy amable y encantador.
Porque si había algo que tenía muy claro era el hecho de que no quería más alfas en su vida o, al menos, no más alfas que no tuvieran un vínculo familiar o de amistad con él, pero por nada del mundo algo amoroso.
Sin embargo, el rechazo hacia sus dos almas gemelas no estaba completo, pues aunque él sí le hizo saber a su Diosa que no aceptaría su destino impuesto junto a aquellos dos alfas, Yeray no les dio tiempo para que estos aceptaran su rechazo ante ésta.
¿Qué significaba aquello exactamente?
Que las cosas pendían de un hilo, casi literalmente hablando.