−Nos conocimos…Hace mucho, a decir verdad.−Las lágrimas que recorrían sus mejillas pecosas eran cada vez más.
−Vale, me la pones fácil, ¿eh? ¿Hace cuánto? No te recuerdo.−
−Nos conocimos hace…118 años.−Me dijo seria. ¿118? ¿Ésta está bromeando?−Puede que no me creas. Pero…Nos conocimos en otra vida.−Me confesó.
− ¿Otra vida? Deberías pasarte con el psicólogo.−Le sugerí.
− ¡Maldita sea, David! Soy yo, Florence. Florence Modello.−
En ese instante, todo en lo que creía se había deshecho. Las cuervas del camino que creía conocer cambiaron, hechas cenizas. La recordaba, el amor de mi vida. De la otra vida.