Charlotte Roselei sabia que estaba enamorada perdidamente de Yami Sukehiro, sabia que era poco sincera consigo misma y sus sentimientos respecto al azabache, pero es que era tan difícil decirle lo que sentía
"tranquila, tranquila...tu puedes" -se decía entre murmullos esperando animarse a si misma, estaba delante de la base de los Black Bulls, detrás de ella venían las hermosas y poderosas miembros de la orden que dirigía : "Las Rosas Azules", una orden de caballería únicamente de mujeres, donde se supone los hombres eran "sirvientes" de todas ellas, ya que ellas "odiaban" a los hombres...hasta que ella confeso sentir cierto afecto/enamoramiento por el capitán mas rudo, masculino, musculoso y sobretodo sensual de todas las ordenes...siendo este Yami Sukehiro : el capitán de los Toros Negros- "ahhh mejor vengo en otro momen" -antes de poder decir algo la puerta se fue abriendo, revelando al hombre que le quitaba el sueño, el que la hacia sentir mariposas en su estomago, el que la obligaba a mostrarse indiferente ante el por no poder decir sus sentimientos, el mismo hombre que la ayudo y a la vez condeno a sentir un amor intenso y puro, el que lograba que sus piernas temblaran, su corazón se acelerara y sintiera las inmensas ganas de poder tener algo mas que una simple noche de pasión...sin saber que el hombre estaba igual o peor que ella rogando por tener tan siquiera una oportunidad, rogando por tener aunque sea su amistad, rogando por que ella lo note y posiblemente...lo quiera, rogando al cielo, a la tierra, a los guardianes de cada elemento mágico : Sylph, Salamander, Undine y Haru (el ultimo es inventado por mi), rogando incluso a Kami por que ella le de...tan solo un beso- Ya-Yami.... -el hombre la miro seriamente y luego le dio una leve sonrisa-
Es oportuna tu visita...Charlotte -dijo calmado-
Gaia odia el mundo del fútbol en el que está metida por culpa de su hermano. Pau odia lo mucho que ella le atrae.
Entre prejuicios, secretos y una inesperada conexión, descubrirán que el amor puede surgir donde y con quien menos lo esperas.