Fugaku estuvo a punto de perder a su hijo Itachi hasta que halló al único capaz de curar su enfermedad, pero no sería gratis. -Cuando tu segundo hijo cumpla ocho años, lo traerás a mí, será mi sirviente por unos años. -Pero mi esposa no está- -Lo estará. Llegó el momento de que Sasuke conozca a su peculiar maestro de orejas y cola esponjosa.