Todo debería ser como en las películas, tener una vida perfecta, una niñez hermosa y llena de felicidad, una adolescencia libre, alocada y memorable, un amor perfecto y duradero, tener una adultez estable y feliz y una vejez calmada y sin remordimientos.
Para Sana la vida era cada vez más pesada y agobiante, aún así se mantenía al margen, luchaba diariamente por ella y su hermana.
Para Dahyun la vida empezaba a comenzar, ella quería alcanzar el mundo que creo para si misma.
Ella podía salvarla de toda la mierda que estaba pasando, ella podía ser su escape, y lo fué, sin embargo, los finales felices no existen siempre.