Me dolía, me dolía porque yo le dije mis sentimientos, le expresé todo lo que sentía por él, pero no le importó, pensé que si hacia eso, él al menos lo aceptaría, pero me equivoque... Como siempre.
-¿Que te pasó? -me preguntó apenas me vió.
-... -no respondí, tenía un nudo en la garganta, que si decía algo, lloraría otra vez.
-Ey, dime, ¿Por que lloras? -dijo, extendiendo su mano para tocar mis mejillas.
Retrocedí, no quería que me toque - Nada, no me sucede nada - respondí en un susurro.