Ayer miré por mi ventana, era de madrugada pero la calma aún no se había hecho presente, mientras veía a esos vecinos que gritaban ebrios sobre la acera te recordé. Los hombres estamos condenados a los recuerdos, maldita conciencia que nos mata de a poco, han pasado años desde tu ausencia y aún así es ella "tu ausencia" la que me consuela en esta soledad. No voy a mentir diciendo que estoy bien, pero tampoco estoy mal, tu piel nunca fue la mía ¿Porque deberían dolerme tus cicatrices? Ya me cansé de mis malas decisiones, de tus reclamos. Tiene días que no bebo, no quiero más de nada. Te dejo este puñado de palabras aquí, tomalos si así deseas porque despues de eso ya no quiero más de ti. No hay nada que necesite más que el olvido pero al tiempo no le importa, maldita ausencia. Bendita ausencia.