Siempre pensé que Griffin Johnson sería el amor de mi vida desde que le vi por primera vez en el pasillo de aquella vieja facultad de psicología. Hombre alto, moreno, de ojos claros y de familia adinerada, siempre le veía vestir con las mejores marcas y conducir los coches más nuevos y caros. Nunca supe en qué trabajaban sus padres para que él pudiese permitirse todos esos lujos, hasta que comencé una relación con él. Desde que descubrí aquel secreto mi vida dio un giro de 360 grados, hasta que unos ojos azules se cruzaron en mi camino y pusieron mi mundo patas arriba.