Mi madre se alegraba de que ahora ya no pasara tanto tiempo en mi cuarto. Se puso mega contenta cuando vio como iba todos los días a ese bello y gran patio que teníamos y se ponía como un cachorro feliz cuando me veía sentada contra ese gran muro verde que separaba mi patio de el del vecino, en otras palabras, el muro que separaba esas dos casas. Ella no entendía mi nueva obsesión con la parte trasera de la casa, pero le alegraba mucho. Lo que ella no sabía, es que ese muro verde era la razón de mi felicidad y de mi dolor. De mi odio y de mi amor. Un maldito pacto hizo que supiera todo de mi vecino Matthew, el cual es de mi edad, menos como era su rostro. Ese pacto se hizo para no arruinar nuestra amistad. La idea era no vernos jamás. Solo hablar.... Y al principio me encanto la idea pero, ahora.... Ahora no puedo soportar la idea de que el se ira de la ciudad y por este pacto no podre verlo jamás... 𝑽𝒆𝒏 𝒚 𝒍𝒆𝒆 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒂, 𝒖𝒏 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒚 𝒖𝒏 𝒎𝒖𝒓𝒐 𝒎𝒊𝒕𝒂𝒅 𝒓𝒐𝒋𝒐 𝒚 𝒎𝒊𝒕𝒂𝒅 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒆...
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