Izuku midoriya, estudiante de 1º año en la UA, no destaca en lo absoluto, y tampoco intenta sobresalir por el simple echo de que no quiere, ¿por que?, desde su primer año simplemente a sido el objeto de las mujeres, un simple muñeco, marioneta, juguete, en fin, no tiene la auto estima para hacerlo, y tampoco quiere enfadar a nadie, Simplemente hace todo lo que le pidan.
Aunque, algunos favores no son normales.
Un asesinato? ...Está permitido.
Antiguo líder de una Banda.
Pocos conocen realmente a izuku y tampoco se esfuerzan en hacerlo.
No la buscaba a ella, ni siquiera me parecía importante su jodida existencia. Pero la vi. Y eso lo jodió todo.
La primera vez que vi a Anastasia, no fue una elección. Fue una coincidencia. Una de esas que se clavan en la piel y te carcomen la cabeza. No era especial. No era alguien que mereciera mi atención. Y, sin embargo, en cuanto la miré, no pude dejar de hacerlo.
Me obsesioné.
Como un puto animal en busca de presa, la seguí con los ojos, con el pensamiento, con cada maldito resquicio de mi conciencia. No había razón lógica. No había un propósito más allá del deseo irracional de verla temblar.
Anastasia no lo sabía, pero ya era mía.
Y cuando finalmente la tuve frente a mí, cuando supe que no podría escapar, entendí algo: no era solo deseo. No era solo obsesión. Era el placer retorcido de poseer algo que nunca debí tocar.