Era un sitio normal, un día normal, todo parecía marchar bien, hasta que... él llegó. Llegó con sed de venganza, llegó renovado y ciego de ira, manchado de sangre. Sigiloso, astuto, callado, subestimaron su inteligencia. Acechaba desde las sombras, sus víctimas no vivirían para contarlo. Bienvenido a la nueva Oakland, donde ya no verás la luz del día. No si él lo permite.