Todo comenzó por él, cuyos ojos de un intenso azul tenían el poder de cautivarme con solo mirarme, su voz suave resonando en mis sueños más inusuales era lo que me conducía por la más profunda oscuridad. Su figura se tornaba cada vez más real conforme se manifestaba en mis visiones.
Envuelto en un aura de enigma, era como vivir un constante déjà vu; parecía estar cerca cuando en realidad no lo estaba, y mis fantasías pronto se enfocaron exclusivamente en él, en ese hombre de cabello claro cuya sola presencia era capaz de conmoverme hasta lo más profundo. Ignorando quién era ese enigmático hombre, algo dentro de mí sabía que lo anhelaba. Despertar cada día me confrontaba con la triste realidad de su inexistencia, simplemente otra ilusión, o eso pensaba al inicio. Deseaba con todas mis fuerzas que fuera real, abrigaba la esperanza de que en algún lugar del mundo existiera como cualquier otra persona, y parece que mis ruegos fueron atendidos, pues el destino jugó a mi favor.
Nuestro encuentro fue tan insólito como maravilloso, poder tocarlo, oír su voz, y saborear sus besos fue la experiencia más sublime de mi vida, algo que jamás habría ocurrido si nuestros caminos no se hubieran cruzado gracias a nuestros destinos entrelazados.