La vida puede llegar a ser tan incierta como prodigiosamente exquisito es el océano, puede arrastrarte como un amante despechado y engullirte como si no fueras más que una gota de ron en la inmensidad de un cosmos desconocido y anhelante. El pretender ser un varón es solo un paso más cerca de la quilla, pues a medio camino hacia la fatal fortuna, está el perspicaz, el sagaz capitán cuya empresa se aventura a recorrer el infierno y el camino de vuelta. ¡No te dejes engañar por su gracia! Puesto que su mero mencionar, a día de hoy, hace estremecer a los 7 mares. ¿Exclamar "¡Ahoy!" como un caballero o perecer como una dama?