Resulta extraño que los pensamientos más "sabios" o las grandes ideas nos lleguen justo en los momentos menos esperados; mientras lavamos los cubiertos, estando en la ducha, mirando al techo..., nos llegan en momentos en que estamos obligados a permanecer parcialmente en silencio, en breves minutos al día en los que por fin dejamos a nuestra mente hablar. Y aunque confieso que existen ocasiones en las que no me animo a estar a solas con mi mente, también hay momentos en los que me siento cómoda con ella. Estar conmigo misma es un reto que no siempre me animo a cumplir, pero cuando venzo la barrera y el miedo de estar en soledad, descubro que debería darme más seguido esa oportunidad.
14 parts