Choi Yeonjun tenía una vida que estaba bien, tenía todo lo que quería, su padre se había encargado de eso a medida que el crecía, de darle todo para que fuera aparentemente feliz. Sin embargo el fue dandose cuenta que no podía ser feliz si no hacía lo que le gustaba, si no vivía por y para la música.
Su padre no entendía su pasión, lo había obligado a estudiar negocios justo como el y no había podido negarse puesto que el se lo daba todo, se vio obligado a mentirle y a empezar a vivir una doble vida porque lo único que el quería era cumplir sus sueños y se hubiera largado de esa casa de no ser por su madre y su pequeña hermana.
El hacía música y eso le daba felicidad, no buscaba nada más pero después de varios acontecimientos, un día se vió pensando en la chica de mirada intensa que había conocido en el bar y que ahora parecía estar en todos lados.