Desde niños fueron muy cercanos, la señora Inko solía cuidarla cuando la madre de Layla salía por algún asunto del trabajo, ambos chicos solían divertirse mucho dentro de casa. Eso a Izuku le gustaba pues ningún otro niño sabía que Layla era su vecina y para el era como si Layla fuera su pequeño secreto, su más valioso secreto.