Un trato. Una sumisa de otro amo. Un profesor extranjero con cierto encanto atrayente. Un sentimiento que él se prohibió pero ella seguía insistiendo. Una vez dijo no... pero se arrepintió cuando la vio marcharse. -Te propongo un nuevo trato. ¿Serás capaz de cumplirlo? -su mirada era seria y con cierto toque descarado, pero sus ojos hazel decían mucho más de lo que expresaba. ¿Qué sumisa podía cumplir sus tratos? Sólo una puede. ¿Quién es la afortunada?