Ran se despertó en cuanto escuchó la melodía de su teléfono sonar en mitad del silencio de la noche. Las llamadas que se recibían en la madrugada, no solían ser para informar de buenas noticias. Y esa noche no fue diferente. Vivía felizmente casada con el amor de su vida, acababa de ascender en su trabajo y tenía un estilo de vida del que no podía quejarse. Todo iba bien, hasta que su felicidad fue corrompida. <<¿Es usted la mujer del señor Kudo?>> Su vida quedó arrasada con esa llamada. Y el problema no era el accidente que había sufrido su marido, no, eso ni siquiera le duele, ni siquiera tiene la fuerza de sentir dolor con todo eso. La razón es otra mujer, otra casa, otra vida que había prolongado durante seis años. Podría parecer una historia de telenovela o una serie de televisión, pero no. Porque esa mujer, es una fuerza indomable de la naturaleza.