Muchas personas pueden decir que son libres, pero también hay muchas personas que pueden decir que no lo son. La libertad la puedes conseguir en las pequeñas cosas: en una melodía, en un libro, en una actitud rebelde en el que puedes hacer lo que quieras sin importar lo que los demás piensen y digan de ti... o en alguien. En mi caso nunca pude sentir esa libertad dentro de mí, siempre sentí que algo me faltaba o más bien dicho, alguien. Lo gracioso es que de tanto buscar la famosa "libertad" la encontré a mis 21 años en la cárcel, algo contradictorio el conseguirla en un lugar de cuatro paredes en donde estás todo el tiempo encerrada ¿no? Pero gracias a lo que hice la conocí a ella, que sin darme cuenta, era la libertad que tanto había anhelado.