A veces no podemos mirar más allá del horizonte, a veces sin más nos dejamos vencer, estamos tan inmersos en nuestros problemas que no vemos que alguien más puede estar peor.
Esto le sucedió Mark, su vida si bien no era perfecta no le gustaba, odiaba el hecho de ser quien era, odiaba a sus padres por nunca interesarse por él y aunque ya era un hombre, nunca sintió que de verdad lo quisieron, ahora era todo lo que otros quisieran ser, tenía poder, dinero y las chicas que quisiera, nada lo detenía, o al menos hasta ese día, el día en que recibió una llamada de sus padres, la primera desde que se independizó, ellos deseaban que conociera a la nueva miembro de la familia.
¿Pero como? No se había enterado de que sus padres quisieran adoptar a alguien y si fuera una hermana biológica, no, eso era imposible sus padres eran demasiado mayores para eso.
Su sorpresa fue cuando al llegar a casa se topó con ojos miel, cabellera castaña y perfume de rosas, todo eso puesto en una diminuta figura de no más de metro sesenta, sus padres la presentaron como Emily, lo que él no sabía era que tras esa figura angelical miles de demonios existían.
¿Podría ser que él pueda salvarla? ¿O ella querrá ser salvada?
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.