Mi vida dio un giro de ciento ochenta grados al conocer inesperadamente a Elián Sucre y enrrollarme con él. No lo pedí, solamente fue una casualidad. Pero cuando pensé que no volvería a verlo, me llegó una oportunidad única que no podía dejar pasar, cumpliría mi sueño en Nueva York siendo la secretaria de mi tío millonario, mientras estudiaba mi carrera soñada, pero entonces me topo con unos ojos verdes que desde entonces no dejaron de seguirme a todos lados. Un egocéntrico, mimado y acostumbrado a tener todo lo que quiere, honesto, muy honesto. Ese es Elián. Y mi vida después de conocerlo, desde luego que no fue la misma.