-¡Por favor, ayudenme!
los tacones resonaban cada vez más cerca. el chico seguía retorciéndose en un charco de su propia sangre
-¡Auxilio!- sollozó. aquel sótano conseguía amortiguar los sonidos
Una risa hizo erizar su piel. Ella lo observaba con atención con una amplia sonrisa de satisfacción
-Mmm... eso es, me encantan las suplicas... un poco más cariño, dame solo un poco más y prometo que terminaré tu agonía- se mordió el labio disfrutando la escena- un solo corte en la yugular, y todo abra finalizado- se inclinó hacia él sin borrar su sonrisa. un aroma a vainilla se impregnó en las fosas nasales del chico haciéndolo estremecer de pánico ante su cercanía- pero ahora, ahora quiero que grites hasta estropear tus cuerdas vocales
-¿Q-quien eres?
Otra risotada y repentinamente sus facciones cambiaron por una seria he intimidante
-Yo, Park Jimin, soy tú peor pesadilla
-¿Porque me haces esto?
-Digamos que tu único error fue cruzarte en mi camino- Sonrió con malicia mientras se colocaba los guantes de látex- Demasiada charla, empecemos