17 Partes Continúa Las personas dicen que cuando se está enamorado, ven el mundo de color rosa.
Para Senjurō en un principio fue así, pero con el pasar del tiempo el color que tomó su amor es de un lapislázuli, tan profundo como el océano, calmante, gentil, que lo arrulla dulcemente.
En el momento que Kyōjurō Rengoku se enteró que su hermano menor estaba experimentando su primer amor, hizo todo lo posible para ayudar a conquistar al receptor de su afectó, sin saber de quién se trataba.
De algún modo se encontró a sí mismo siendo seducido por esa mirada lapislázuli que lo invita a sumergirse en las frías, profundas pero sobretodo misteriosas aguas.