Una vez me dijiste que no me soltarías, que mi sola presencia te hacía tan feliz, que la única que podía decidir entre dejarte o no era yo, que mal lo pase, aquella noche en que me dijiste démonos un tiempo.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.