AU.| Cada día, Shinra se pregunta cómo es que sigue allí de pie, respirando y viendo cómo la vida puede continuar sin ellos a su lado. Y también, al término de cada uno de esos días, cierra los ojos rogando por que todo sea diferente, cansado de aborrecer su propia existencia entre esas cuatro paredes. Es entonces que la respuesta a sus ruegos llega un día. Sin embargo, Shinra no la reconoce, y aquel círculo vicioso cobra cada vez más fuerza.