La boda de su hermana y su mejor amigo logran que Mónica entienda el sufrimiento de primera mano. Enamorada de Sebastián desde que era una niña, ha soñado con casarse con él. Sin embargo, el destino es caprichoso y tuvo otras intenciones. Durante el mismo día, Mónica debe fingir una alegría que no la corresponde y conocerá a un duque, un hombre caprichoso, con modales que dejan mucho que desear en cuanto a su manera de comportase con aquellos inferiores a él y a quien deberá entretener debido a una petición de Sebastián. Aquel no será nada más que el principio de los problemas de Mónica quien entrada en edad casadera antes que su hermana, encontrará la gran presión familiar para contraer matrimonio. El elegido no será otro que ese duque insoportable quien, para su sorpresa, la aceptará como esposa sin rechistar. La desgracia tiene nombre y apellidos para Mónica, o eso parece: Mariano Malasaña. Continuación de la historia en: «La duquesa».