Sus ojos la condenaron a un infierno, él como protagonista sería el demonio y ella una simple alma en pena. Su pasión nunca había sido el fuego pero teniendo a semejante diablo enfrente no se negaría a morir por el deseo. Y cuanto más se tocaban, más ardía... Hasta que lo único que quedaban eran sus cenizas y Joel ya no supo qué hacer. "Y cuanto más ardía más lo deseaba"