15 parts Complete Existe una leyenda en Oriente, mencionando que todos, sin excepción, nacemos en nuestra primera vida con un hilo rojo atado a cada uno de nuestros dedos. Estos hilos, representan el amor en distintas formas.
A pesar de lo que hagamos, estos hilos jamás se rompen o desanudan.
Cada uno de los dedos tiene un propósito, siendo más largos o más cortos los hilos conforme la relación se acerca o se aleja, pero jamás se perderá. Uno de ellos es el del amor verdadero.
Los demás dedos están atribuidos a los amigos. Por eso, a los amigos verdaderos los contamos con los dedos. Aquellas personas que al momento de conocerlos nos hacen sentir cómodos y a los pocos días sentimos como si fueran parte de la familia. Que nos dan abrigo en su alma, nos ayudan y saben cuando estamos en problemas sin nosotros decirlo.
Sin importar el tiempo que tarde en llegar, o la vida que vivimos en esos momentos, el hilo del amor verdadero se mantendrá siempre fuerte. Aquél que nos acompañará por siempre, siendo este hilo el que se encuentra anudado en el dedo cordial o medio, que comunica con el corazón. Puede no coincidir con nosotros en la vida que toca vivir en cierta etapa, pero siempre aparecerá para encontrarnos. Podremos repetir los errores una y otra vez con ellos y desviarnos, pero llegará nuestro momento en que podremos permanecer juntos, por siempre.