En la vida, hay dos tipos de personas: las que a pesar de las adversidades, logran superarlas y las que se consumen por ellas por ellas, ahogándose tanto, que crean su propio estilo de vida: infelices. Eso termina costando, cuando conocen a la persona con quien quieren pasar el resto de sus vidas. En este caso, las inseguridades no acabaron con la relación, fue su culpa y aunque lo intente arreglar con todos sus medios, no lo logrará; lo que está roto, siempre queda así.
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