Marie está convencida de que la vida avanza alrededor de los momentos, y que estos bailan alrededor de ella. Mientras intenta descifrar su lugar en este mundo, su mente no se ha estado comportando como su mejor amiga, y la vida se vuelve gris al frente de sus ojos. Alec se encuentra mendigando amor, pero no se da cuenta de que sus acciones solo rompen corazones. Padres que no le demuestran amor, logran que muestre su lado malo, escondiendo su buen corazón. Se cruzan sus miradas; el baile complice comienza.