Cristobal Dattas Gamboa: "Después de convertirme en presidente, le pedí a algunos miembros de mi escolta que fuésemos a pasear por la ciudad". Tras el paseo, fuimos a almorzar a un restaurante. Nos sentamos en uno de los más céntricos, y cada uno de nosotros pedimos lo que quiso. Después de un tiempo de espera apareció el camarero trayendo nuestros menús.