“Otra vez mirando el vacio sin saber a dónde ir,
tratando de escapar de aquel pasado tormentoso;
aunque sé que jamás me dejara ir. No sé qué hacer,
me tiene prisionera con unas cadenas tan gruesas como mi dolor.
Ya no puedo más, no sé cuanto más podré resistir.
A veces me pregunto si es el pasado o el remordimiento el que me atormenta.
¡Oh no! El solo hecho de pensar me irrita,
¿por qué otra vez? ¡Déjenme ir! No ven que ya no resisto más;
déjenme, aléjense de mí, ¡fuera! Váyanse...”