-Yo la ví, estaba parada junto a mi cama. Sus pisadas siguen marcadas con sangre ¡maldita sea!- exclamo exaltada señalando a las marcas sangrientas a un lado de mi cama. Tiro bruscamente de mi cabello y lo enfrento. -ella estuvo aquí, por favor, tienes que creerme. Estamos en peligro.