Desde la soledad más profunda, un lobo asomó su cabeza. Se dió cuenta que debía cazar para sobrevivir y así hizo, pero en la larga noche, cuando el frío llega a su máximo desarrollo, estuvo a instantes de morir, hasta que de la nada, otro lobo apareció y la manada se formó. -La soledad no es tu enemiga, princesa.-Dijo con ojos cálidos mientras acariciaba su cabeza.-Pero tener con quien contar... te cambia la vida entera.All Rights Reserved
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