Diarios de Drifter City - Tierra de Nadie

Cansadas de libros juveniles que no muestran la realidad tal y como es, donde los fuertes personajes femeninos son siempre dependientes de una figura masculina que haga más cautivadora su historia; donde los hombres son siempre seres hercúleos y apolíneos que no tienen el derecho de cometer errores y están sujetos a los mismos cánones de belleza, presentamos "Diarios de Drifter City: Tierra de Nadie", donde no existen los blancos y los negros, pero una amplia gama de grises.

Así, estáis a punto de embarcaros en el afanoso día a día de Lavinia Wembley, Ted Blackman, Tanner Luckeson y toda su banda, cuyos infortunios comenzaron en el momento en el que descubrieron que habían nacido en Algonac, y no un par de kilómetros más al sur de su pueblo, en Medford, donde Iris Normason y Riley Shakesheaven luchan por sacar buenas notas y no por tapar los agujeros de una pared
impregnada de moho. Descubriréis como las líneas entre rockers y preppys trazadas con sangre y peleas desde hace décadas empiezan a difuminarse y al mismo tiempo a afianzarse, poniendo en marcha una serie de acontecimientos que nadie puede predecir o controlar.

En Drifter City los jóvenes no solo se enfrentarán a las desventuras del amor, pero al desmesurado precio que la gloria exige, a las decisiones cuyos diferentes y a la vez muy parecidos entornos les exigen tomar, a las responsabilidades que la madurez e inmadurez
traen consigo, a la necesidad de seguir avanzando cuando los destinos de cada uno de
ellos parecen dictaminados por el trozo de parcela en el que viven, al perdón, al miedo y
sobre todo, al coraje; a la terrible verdad de que los rebeldes sin causa siempre mueren
antes de tiempo. A encontrar esa causa.