Fantosmia

Silvia sufre de agnosia olfativa, no puede oler tras haber padecido Covid y por eso ha perdido su trabajo como perfumista.
Decide dejar la ciudad y vivir en el pueblo de sus abuelos creyendo que allí se sentirá mejor y podrá recuperar el olfato perdido. Pero cuando llega a la antigua casa familiar, la imagen de una niña muerta atormenta sus sueños.
Un penetrante olor a humedad que sabe que no puede ser real, le hacen pensar que sufre de ''fantosmia'', el primer síntoma que tuvo su madre, enferma de Alzheimer.