Secuela del capítulo piloto. +18.
Erizo, una adolescente que ha estado sumergida en el estudio y en los libros, en unas vacaciones conoce y se enamora apasionadamente de Max, un muchacho con una historia de pobreza y sufrimientos desde muy pequeño, que no obstante, han moldeado su carácter y sus valores, convirtiéndolo, para Erizo, en el hombre perfecto. El sueño de Max es tener algún día su propio restaurant, y hacia allí dirige sus anhelos y esfuerzos, con la ayuda de Erizo.
Pero la madre de la chica, de pensamiento elitista, y con traumas de infancia, calificará de irracional el amor de su hija, porque además de sobreprotegerla, odia a Max por la clase que representa.
Por otro lado, un cabo suelto en el pasado de Max pondrá varios obstáculos, hasta que desencadena una horrible e inesperada tragedia.
Una historia romántica atípica en el que los protagonistas logran sobreponerse a todos los obstáculos a costa de crisis existenciales profundas que son el escenario de luchas entre sus ángeles y demonios internos. De esta batalla surgen diálogos memorables en los que se ensaya una respuesta para el sentido de la vida, y abre puertas de esperanza para los personajes, y también para los lectores.
El verano de Selene prometía ser perfecto: libertad, sol, noches interminables y la oportunidad de escapar, aunque fuera por unos meses, de la idea de que su madre está a punto de casarse con otro hombre. Pero todo cambia cuando Félix aparece en su camino.
Frío, intenso y con una presencia imposible de ignorar, Félix no es el tipo de persona con la que Selene quisiera cruzarse. Es hijo de uno de los socios de su padrastro y tiene una forma de mirarla que la inquieta, la enciende y la destruye al mismo tiempo. Lo que empieza como una guerra de voluntades pronto se convierte en algo más oscuro, más profundo... algo que la consume.
Entre el deseo y la desesperación, Selene se dará cuenta de que sus planes de verano ya no importan, y que la boda de su madre será lo último en lo que pueda pensar. Porque estar cerca de Félix es como caer en un abismo sin fondo, donde el odio y la atracción se confunden, y la única certeza es que salir ilesa será imposible.