Oh Sehun sabía llevar un buen liderazgo, su clan de mafia crecía cada vez más pero, pronto termina siendo traicionado por uno de sus subordinados. Perdiendo su guarida tras un gran incendio en un intento de asesinato al jefe, acaba refugiándose en la Secta Gahm, un lugar tan pútrido y envenenado, escondido tras esa fachada religiosa que le daba náuseas, encuentra a Junmyeon, un pequeño devoto de un Dios inexistente que le ayuda a sobrevivir día a día en ese infierno llamado hogar.