Acostumbrado a la rutina laboral, Akira no solía detenerse a pensar en cosas tan triviales como la buena o mala suerte, sin embargo, una serie de curiosos eventos le hará replantearse la posibilidad de su existencia, así como la posibilidad de ser una víctima recurrente del infortunio tras conocer a un extraño sujeto que lo aborda en un bar.