Armando Mendoza, presidente de Ecomoda, estaba decidido a continuar su romance con Betty para mantener a salvo la empresa. Mario Calderón, su amigo de fiestas, contribuía en el desarrollo de la farsa hacia la pobre asistente, escribiendo frases en tarjetas. Pero ni Armando ni Mario imaginaron que una noche de copas haría brotar nuevos sentimientos, emociones que jamás creyeron posibles entre los dos. Próximamente.