Durante los cuatro años de carrera, Alba se ha visto irremediablemente atraída hacia una de sus compañeras de clase, pero su personalidad introvertida y exageradamente tímida le ha puesto difícil el acercarse a ella, además de que parece invisible a sus ojos.
Cinco años después, habiendo conseguido una plaza como docente en la misma universidad en la que se graduó, su sorpresa será cuanto mayor cuando se vea obligada a llevar una de las asignaturas con la que fue su crush durante todo su periodo académico, pero no será la única sorpresa que va a encontrarse teniendo en cuenta que además se verán compartiendo piso. Y también se llevará una decepción al darse cuenta de que Natalia es muy diferente a cómo se había imaginado.
Del amor al odio hay sólo un paso, pero del odio al amor también hay otro de vuelta, solo que mucho más pequeño.
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