Lo veo a esos ojos color café que años atrás hizo que todo mi puto mundo se parase y no siguiese su rumbo, arquea una de sus perfectas cejas, y esas pestañas más largas que las mías que siempre envidié caen sobre sus pómulos cuando parpadea para espantar las lágrimas que quieren salir. Quiero tocarlo, abrazarlo y no soltarlo por un buen tiempo, pero no puedo, ya no podemos... -Hola, Vaquita.-me dice sacándome de mi burbuja, ese sobrenombre que me puso que me hace rodar los ojos. -Hola, Lagarto albino.-le respondo con una sonrisa en mis labios, y él suelta una carcajada que me llega al corazón, ese que estaba tan frío como cuando llega invierno, pero ahora siento que se irá derritiendo mientras él esté aquí, conmigo... Aunque no sea por mucho. Ich will dich... Du weißt wer du bist.