Troye solía ser un chico tranquilo, con amigos y una familia que lo apreciaba como a ningún otro. Para él, todo era maravilloso y no necesitaba nada más en su corta vida de adolescente, o bueno, eso pensaba. Es gracioso ver como esas cosas pueden cambiar de la noche a la mañana, y justamente, desde un inicio esta era una de esas pequeñas y singulares ocasiones de la vida.