Definir a las personas es igual que definir los sabores... Unos son salados, neutros, dulces, agrios, amargos; al igual que estos, las personas forman su personalidad. Mientras alguien puede ser alegría, sonrisas, felicidad, otro puede ser dolor, venganza, traición... Las dos caras de una moneda son las de una persona. Mira a la persona que tengas más cerca y hazte la pregunta: ¿Realmente alguien así, es real? Esa misma pregunta se hizo nuestro chico dulce.