A Valentina le rompieron el corazón. A Valentina la hicieron huir. A Valentina le nació un hijo. A Valentina la obligaron a casarse. Pero todo pasa por algo. A pesar de todo a alcanzado sus metas. Tiene una buena vida, una familia, una empresa y buenos amigos. A pesar de lo que dejó atrás. Pero todo lo que sube tiene que bajar o al menos tambalearse. A Valentina le rompieron el corazón pero regresaron a sacudirle las hormonas, a recordarle buenos tiempos, a reconstruir su corazón y a sacarla del hoyo en el que se encontraba. A Valentina le recordaron que se sentía ser amada. Pero Valentina es terca, le cuesta perdonar y no se la pondrá tan fácil de nuevo a Julián Sanz.