Era feliz, irradiaba felicidad, ¿Que pasó? No lo sé, supongo que la vida me pasó factura. Mis demonios salieron a la luz, como dice la canción "no puedes ahogar lo que sabe nadar". En este año he tenido más intentos suicidas que sonrisas reales; más diagnósticos que abrazos y más fármacos que palabras sinceras. Nadie piensa como yo pienso, nadie me comprende solo se limitan a juzgar, con este libro solo pretendo que ustedes entiendan como se siente y como vive una persona con trastornos mentales, dejaré que se metan en mi mente.