Me llamo Eris, tengo 16 años. Una adolescente corriente en principio. Mi vida no ha sido un camino de rosas, pero eso es lo que me ha llevado a ser fuerte. Estuve en lo más bajo, pero sí, logré salir. Todo cambió el día que una persona llegó a mi vida, quizás tuve que esperar demasiado, no lo sé. Pero esperarle no fue en vano, todo es poco por haber estado un solo segundo a su lado. El infierno se nos quedó pequeño, teníamos el mundo a nuestros pies. Yo tan loca. El más aún. No éramos la pareja perfecta, tampoco pretendíamos serlo. Simplemente, eramos nosotros. Y eso nadie pudo cambiarlo, ni siquiera el tiempo. Porque no tuvimos un final, porque al final todo sale bien y porque si no salió bien es que aún no era nuestro final.