El día en que me dejaste, Sentí un gran vacío, que no puede ser llenado ni por la cálida brisa que de vez en cuando pasa a visitarme Sentí como mi mundo se derrumbó, sin poder evitar que aquel edificio al que llamamos corazón se destrozara Sentí un nudo en la garganta, que no puede ser desatado ni por tus suaves manos que hacen estremecer Sentí como cayó una de esas lágrimas que había estado reservando para después, y lo peor es que no pude parar las que la siguieron Y aunque sé que nunca leerás esto, podre tener la satisfacción de saber cuántos males se pueden causar Es por esto que he decidido hacer un recuento de los daños que causaste